viernes, 11 de marzo de 2016

Manzanas con peras y pizzas con Smartphones…

Publicado originalmente en Enter.co

Hace algunos meses leí un artículo en Internet según el cual con lo que se compraba un iPhone se podían comprar como 400 porciones de pizza o más… y eso fue antes de la llegada del 6s, y de que el aumento en el precio del dólar también disparara el de estos dispositivos y el de los equivalentes de otras marcas. Ahora se deben poder comprar 800 porciones de pizza… o más.

Los portales en los que se publicaba la información establecían el mismo parangón con otros tipos de bienes, enseres y servicios, cuya comparación con un Smartphone no era menos descabellada. Porque, seamos francos, no creo que a muchas personas les asalte esa duda a la hora de comprar un teléfono inteligente: ¿Qué compro, qué compro? ¿Este celular o 400 porciones de pizza?

Uno compara el precio de un iPhone con el de un Galaxy, un Lumia o los modelos equivalentes de Motorola, Huawei o LG, entre otras marcas. Pero de entrada, ya me da un poco de rebote pensar en comerme una tajada de pizza cada día durante más de un año, aparte de saltarme el principio básico de no comparar peras con manzanas.

Una persona compra un Smartphone de 3 millones de pesos principalmente porque lo necesita o porque tiene la plata; o por una mezcla de los dos. Si no lo necesita y comprarlo significa quedar endeudado, no estamos hablando de motivos, sino de caprichos. Y si realmente lo necesita, pero no tiene el dinero, habrá alternativas de financiación, pero no será un gusto fanfarrón. Lo que sí es cierto es que no le auguro mucho éxito tratando de llamar a través de una ni de 400 tajadas de pizza. 

Claro, muchas personas dicen que les basta con un ‘flecha’. Pero el juicio habitual de “¡cómo le va a meter 3 millones de pesos a un teléfono!” parte precisamente del error de comparar un aparato que solo sirve para llamar y enviar mensajes de texto, con uno en el que se tienen llamadas, mensajería instantánea, videoconferencia, redes sociales, cámara fotográfica, acceso a Internet, sincronización con el computador, música y video en streaming, una muy amplia variedad de servicios y contenidos, juegos, pantalla y cámara de alta definición, comercio electrónico, GPS, retoque fotográfico, servicios financieros, captura de imágenes… ¿Seguimos?

Ahora bien, si usted no necesita más que un aparato que le permita conectarse a WhatsApp y a Facebook, existen Smartphones de gama baja que cuestan entre 100.000 y 300.000 pesos, que satisfacen sus necesidades por el equivalente a… 75 porciones de pizza. Quizás una cámara decente signifique unos pesos más, pero 5 megapixeles pueden ser más que suficiente y no lo alejan mucho de esa suma. 

Lamentablemente, el dólar alrededor de los 3.000 pesos ha hecho más desproporcionada cualquier ecuación al adquirir tecnología, por lo que sería absurdo afirmar que un Smartphone (por avanzado que sea) de 3 millones de pesos no es caro. Pero irse al extremo de compararlo con un ‘flecha’ tampoco tiene sentido; no se puede ser tan simplista.

Supongo que no faltará quien diga que uno tampoco puede comerse el Smartphone. Pero no creo estar errado al pensar que si una persona está contemplando la idea de comprar un iPhone, Galaxy o similar, seguramente ya tiene más o menos resuelto el asunto de la alimentación… Peras con manzanas, peras con manzanas.